La Navidad llega cada vez más rápido. Que bueno, porque el Espíritu de fraternidad que llena la tierra tiene mayor oportunidad de durar hasta diciembre próximo.
Jesucristo nunca murió –justamente porque amó. Y dio en eso la prueba mayor de que amando no morimos. Ame, ame mucho, manténgase vivo para siempre, sin prisa y sin miedo de amar. Porque Dios necesita de su amor eternamente.
En esta Navidad señale caminos, sobreviva a los derrotistas, no reclame del aumento del precio de las cosas y use la tarjeta de crédito con sabiduría. Ore, cante bajito una canción navideña, compre un regalo para su jefe. Pero nunca olvide de tener presente, en la mente y en el corazón, las palabras de Cristo.
“Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad”. Que su voluntad de cambiar el mundo tenga impetuosidad, pero nunca deje de lado la bondad. “Si le piden la capa, dé también la túnica”. Si le dan injusticia, devuelva con más trabajo. Si le señalan los defectos, pida perdón y ofrezca ayuda sincera. Si te hicieron llorar, componga una canción en homenaje a ellos, porque ciertamente es en ellos en quienes falta la alegría verdadera.
Las palabras de Jesucristo tienen poder de resurrección aquí y ahora. Lea la Biblia, los libros de Seicho-No-Ie y practique el mensaje de valor eterno que ellos contienen. Haga mejor. De de regalo un libro de Seicho-No-Ie. Y que en esta Navidad usted “perdone setenta veces siete”, hasta descubrir “que no saben lo que hacen”.
Que esta Navidad descubra la Asociación de Jóvenes como portal por donde Cristo se muestra nuevamente para el mundo –y que el sentimiento permanezca vivo hasta diciembre próximo.
¡¡¡Feliz Navidad!!!
