¡Bienvenidos!
Este blog encontrarás toda información relacionada a Seicho-No-Ie de Chile. Tenemos artículos sobre temas que tratamos en las reuniones y explicaciones sobre qué es nuestra filosofía, prácticas que realizamos, días de encuentros, actividades realizadas, entre otras cosas.
Queremos que esto llegue a ti de una forma entretenida, fácil y práctica, para que puedas ponerla en acción hoy mismo y así que tu vida comience a dar un vuelco y mejorar! Pero recuerda, ERES TÚ QUIEN MEJORA SU VIDA, nosotros sólo estamos aquí para darte una mano y mostrarte uno de los tantos caminos.
Esperamos que te guste y ojalá verte pronto en alguna de nuestras reuniones.

Muchas gracias por existir!!

jueves, 4 de septiembre de 2008

El Elogio es un Acto de Amor



Dios no es alguien que nos ve desde lo alto y que cuando nos dirigimos a Él suplicando, nos escucha. Dios es una energía amorosa, omnipresente. Como es amor, se manifiesta ante nosotros, sus hijos, dándonos todas las cosas buenas: sabiduría, amor, vida, provisión, armonía y alegría. Para sintonizar con Él y recibir todos estos maravillosos regalos, debemos actuar como Él, imitarlo, y como es amor y nos da amor, debemos dar también amor.

El amor debe ser expresado:
El amor no basta sentirlo, ni pensar en él, debe ser expresado.
El hombre al ser hijo de Dios, Dios se expresa a través suyo, y por lo tanto, al ser amor, el hombre se convierte en una llave por la cual fluye el amor de Dios. Imaginemos que tenemos una llave en la casa, y por ahorrar agua, por no saber que hacer con esa agua, por temor a perderla, no abrimos nunca la llave. Pues bien, con el tiempo, la llave se echa a perder, se oxida, y luego ya no podrá abrirse, y el agua, al quedar estancada se enmohece, y ya no sirve. Eso también pasa con las personas que no expresan el amor, se olvidan como expresarlo y el amor se marchita dentro de ellas, y muere.

Para evitarlo, entonces, expresemos amor a todos, a nuestro prójimo, y ¿cómo lo hacemos? ¿cómo amamos de verdad? Vivificándolo, es decir, viendo en el otro al hombre hijo de Dios, perfecto y maravilloso, aunque en el momento no lo esté manifestando.
Todos somos hijos de Dios, perfectos, pero muchas personas no lo manifiestan, ¿por qué? Pues, porque desconocen esta Verdad maravillosa, y manifiestan una imagen falsa que se traduce en que con nuestros ojos carnales veamos a una persona con características negativas o malas. Pero en el interior de cada uno, está la Imagen Verdadera que sí sabe que es perfecta y quien ama de verdad logra mantener la esperanza de que el otro se manifieste como realmente es, bueno y perfecto, y ora por eso, por el bien del otro, y por su felicidad.
Cuando logramos amar así, de verdad, y no por propio interés, es que Dios se manifiesta. Y entonces, el corazón de quien ama así también es amado. Si queremos ser amados, debemos expresar verdadero amor. Si queremos que nuestros padres nos amen, expresemos con amor con ellos, seamos buenos hijos, ayudémoslos en las tareas cotidianas, digámosles que los amamos, expresemos agradecimiento por todo lo que hacen por nosotros. Si queremos tener buenos amigos, seamos buenos amigos, escuchémoslos, ayudémoslos, expresemos nuestro cariño hacia ellos. Si queremos que nuestro pololo o polola nos ame, amemos primero, seamos comprensivos, dediquémosle tiempo. Quien ama con sinceridad y entrega, será amado de igual forma.

Para amar de Verdad:
Y para ser amados, debemos ser consecuentes con este bello sentimiento, es decir, no basta sentirlo, sino que debemos expresarlo en actos y palabras.
La palabra se transforma en una valiosa arma para expresar sentimientos, entre ellos, el amor, y una de las maneras es el elogio. ¿y qué es el elogio? Es ver en el otro cualidades y expresarlo. Dar un elogio es siempre motivo de alegría, para quien lo da porque expresa su amor y para quien lo recibe, porque se siente reconocido. Sin embargo, el elogio es aún más valioso, cuando elogiamos algo que no vemos con los ojos carnales, pero sí con los ojos del alma, es decir, no vemos el defecto, y sí las virtudes, vemos lo positivo en lugar de lo negativo, vemos al hijo de Dios perfecto y maravilloso, la Imagen Verdadera de esa persona.

Quien da recibe:
Todos queremos y necesitamos ser reconocidos y elogiados, por nuestros esfuerzos y virtudes, para sentir el amor de nuestros padres, amigos, familiares, pololos, pololas, etc. Para recibir, hay que dar primero, entonces si queremos recibir elogios y sonrisas debemos darlas nosotros primero. Lo que damos, recibimos, lo que nunca damos, se extingue.
Muchas personas se sienten poseedoras de una gran carácter, pues con toda naturalidad y facilidad ven los defectos de los otros y se los manifiestan. Pero eso no tiene nada de grandioso, es muy fácil tener ese tipo de carácter. El que verdaderamente posee un carácter elevado es quien no ve al otro en sus apariencias el fracaso y los defectos, sino el que ve con el corazón a Dios en cada hermano.
Si hay una empresa que nunca fracasará es la de dar amor, de ver a la persona buena tras una mala apariencia, dándole elogios y sonrisas. Ninguna persona por mala que parezca en un principio, logra resistirse a una sonrisa, a un gesto de amor. Esto es porque dentro de cada persona esta Dios, su Imagen Verdadera, que vibra con el amor y elogios que recibe y despierta, y lucha por salir a flote, es ahí cuando la persona pasa a manifestar su perfección original.





No hay comentarios: