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Este blog encontrarás toda información relacionada a Seicho-No-Ie de Chile. Tenemos artículos sobre temas que tratamos en las reuniones y explicaciones sobre qué es nuestra filosofía, prácticas que realizamos, días de encuentros, actividades realizadas, entre otras cosas.
Queremos que esto llegue a ti de una forma entretenida, fácil y práctica, para que puedas ponerla en acción hoy mismo y así que tu vida comience a dar un vuelco y mejorar! Pero recuerda, ERES TÚ QUIEN MEJORA SU VIDA, nosotros sólo estamos aquí para darte una mano y mostrarte uno de los tantos caminos.
Esperamos que te guste y ojalá verte pronto en alguna de nuestras reuniones.

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miércoles, 15 de abril de 2009

EL HOMBRE HIJO DE DIOS


Las enseñanzas de Seicho-No-Ie se basan en que el hombre es hijo de Dios, pero, ¿Qué significa eso realmente? ¿Cómo es ese hombre hijo de Dios?

En el libro “La humanidad es exenta de pecado” en el capítulo “El encubrimiento de la naturaleza divina del hombre”, se señala:
“El hombre verdadero, creado por Dios, a imagen y semejanza del Padre, trae en sí la Vida de Dios; simboliza la Perfección de Dios, siente la alegría de vivir como extensión del propio Dios, y sólo se siente feliz cuando ama a Dios, y a sus semejantes, que también son hijos de Dios y trabaja junto con ellos, uniendo fuerzas. Es contra su naturaleza repudiar a sus semejantes o conquistar la victoria solamente para sí mismo, perjudicando a los otros.”
La “Sutra Sagrada Lluvia de Néctar de la Verdad” en el capítulo “Hombre” también habla cual es el hombre real o verdadero del que habla Seicho-No-Ie:
“El hombre no es materia, no es cuerpo carnal, no es cerebro, no es célula nerviosa, no es glóbulo sanguíneo, no es suero sanguíneo, no es célula muscular. Ni es el conjunto de todo esto.
Conoced bien la Imagen Verdadera del hombre, el hombre es Espíritu, es Vida, es Inmortal. Dios es la Fuente Luminosa del hombre y el hombre es Luz emanada de Dios. No existe Fuente Luminosa sin Luz, ni existe Luz sin Fuente Luminosa. Así como Luz y Fuente Luminosa son un solo cuerpo, Dios y hombre son un solo cuerpo. Porque Dios es Espíritu el hombre también es Espíritu. Porque Dios es Amor el hombre también es Amor. Porque Dios es Sabiduría el hombre también es Sabiduría.”
Si esto es así, entonces, ¿Por qué los seres humanos no disfrutan de una vida perfecta y están siempre en conflicto los unos con los otros?
Porque el hombre verdadero (Imagen Verdadera), o sea “el hombre como ser espiritual”, es inmortal e indestructible, pero en vez de ver ese aspecto perfecto, la humanidad ve al hombre material y lo considera existencia real.
Si embargo, a pesar de esta ilusión en que el hombre se ve a sí mismo y a los otros como meros seres materiales y por ello se desatan en el plano material o fenoménico diversos conflictos, el hombre verdadero o espiritual es inmortal, indestructible, jamás ha sufrido y continúa viviendo tranquilo y feliz e el Paraíso de la Imagen Verdadera (Mundo de Dios).
El Reino de Dios o Mundo de la Imagen Verdadera, que es la auténtica creación de Dios, no es algo incierto que exista o deje de existir al ritmo de las ilusiones de la mente humana, sea, algo que pasa a tener existencia si creemos que él existe o deja de existir si creemos que no existe. El mundo de la Imagen Verdadera, que la Biblia señala como Paraíso, no es un mundo condenado a surgir o desaparecer en dependencia de si creemos o no en su existencia.
Por otra parte, las cosas del mundo fenoménico surgen si creemos que ellas existen y desaparecen si creemos que no existen. Por ejemplo: si aseguramos que la enfermedad existe, ella se manifiesta, y si pensamos que no existe ella se extingue; creyendo que el hombre es propenso a la pobreza nos surge la situación de miseria, y creemos que el hombre es originalmente inmune a la pobreza, desaparece dicha situación. Esto es, el hombre ve las situaciones que su propia mente proyectó. Tales hechos han sido vivenciados por muchos adeptos de Seicho-No-Ie.
Entonces, ¿el mundo fenoménico repleto de sufrimientos es apenas un mundo ilusorio, totalmente ajeno al mundo de la Imagen Verdadera de perenne felicidad? Tampoco es así.
El mundo fenoménico es el mundo que se nos presenta a través de la lente empañada de ilusiones que cubren el Mundo de la Imagen Verdadera.
Entonces, si así tal cual somos, aquí y ahora, estamos viviendo dentro del mundo de la Imagen Verdadera sin percibirlo, ¿qué debemos hacer para poder vivir en el mundo de la Imagen Verdadera y no en este mundo imperfecto?
Debemos dejar de ocultar nuestra propia Imagen Verdadera con la envoltura llamada ilusión o pecado.
Y ¿cuál es la envoltura que impide que se revele nuestra Imagen Verdadera?
Es la ilusión que considera al ser humano como un simple cuerpo material y que considera al mundo como un conglomerado de elementos materiales.
Físicamente, cada individuo está separado de los otros; por eso, mientras el hombre encare el mundo como una aglomeración de elementos materiales, se empeñará en luchas, saqueos y disputas, defendiendo la posesión de cosas materiales, movido por la idea de que “las cosas disminuyen si son compartidas con los otros”. He aquí el por qué, no obstante el hombre verdadero que es hijo de Dios jamás se involucre en peleas; el hombre fenoménico se pase el tiempo en conflicto con los otros. Todo sucede por la no concientización de que somos hijos de Dios, perfectos, que nuestro prójimo es nuestro hermano, que todo ya nos fue dado en el mundo de Dios y no necesitamos luchar con los otros por las cosas materiales, sino solo manifestar nuestra Imagen Verdadera, es decir, concientizarnos completamente de nuestra naturaleza espiritual.

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