"Libre y exento de toda mezcla de otra cosa; sin alteración, sin impurezas, sin vicios; sencillo, simple, verdadero, íntegro y sin restricciones". Este es el significado y sinónimos de la palabra "pureza"; y es así como debe ser el corazón del hombre hijo de Dios.
Las mezclas, impurezas son las ilusiones que surgen en nuestra vida de vez en cuando. A veces, porque creemos fuertemente en estas ilusiones, ellas pasan a ser la única verdad en ese momento y nos oprimen y debilitan.
Cuando surge algunas de estas impurezas en nuestra vida y nos sentimos demasiado tristes, no pensemos que estamos soportando solos estas tristezas. En nuestro interior está Dios que nos ampara y protege y sabe que nuestra alma, en este momento, está recibiendo entrenamiento para que aprovechemos al máximo esta lección.
De esta manera, al final de cada día, aislémonos un poco, reflexionemos sobre las horas que vivimos en ese día y realicemos una minipráctica de Purificación de la Mente, que nos enseña el maestro Masaharu Taniguchi.
"Si trascendemos el campo de la medicina y analizamos el punto desde el punto de vista filosófico de que 'el mundo es proyección de la mente', comprendemos que la 'tristeza' es el sentimiento de pesar que es causado por la pérdida de algo y que cuando nos preocupamos seriamente con el hecho de 'haber perdido algo', entra en acción la 'ley de atracción de las ondas de la misma frecuencia' que dice 'los semejantes se atraen'. De esta manera, cuando nos preocupamos por la pérdida de algo, comienzan a suceder otras pérdidad: pérdida del trabajo, del dinero, del amor, de la amistad, etc. No hable de tristezas. Cuando usted no puede soportar la tristeza, escríbala en una hoja de papel, colóquela en el lugar donde acostumbra a hacer oración y ore:
"Oh Dios, perdóname por el hecho de haber
mantenido durante mucho tiempo
diversos sentimientos negativos en el fondo de mi mente.
En este momento, sin apegarme a ellos, voy a
escribirlos para que,
a través de Tu intersección, todos ellos sean
purificados y extintos.
Oh Dios, Te pido, que quemes esta tristeza con la
sagrada llama de Tu Amor
y hagas brillar en mí la luz del amor".
Hecho esto, queme la hoja donde escribió su tristeza y, viéndola que se quema, mentalice:
"Así, mi tristeza fue extinta por las llamas".
Expulse así la tristeza de su mente.
De la Revista "Sea Feliz" n°91